Esta pregunta ronda a cada rato en nuestra cabeza mientras tratamos de concentrarnos en estar presentes en nuestro mat, siendo principiantes o incluso después de años de práctica la duda viene a nosotros de vez en cuando.
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Será que lo estoy haciendo bien?
la respuesta es muy simple: si se siente bien, esta bien.
Siempre repito en mis clases que en la práctica de Yoga no cabe la comparación, no podemos basarnos en otros cuerpos, porque la práctica es personal, es para sentirnos y observarnos a nosotros no a nadie más.
Las redes sociales nos dejan ver fotos acrobáticas de practicantes mayormente experimentados y pensamos que algo esta mal con nosotros, idealizando que la práctica se trata de eso, de posturas complicadas y ejecutadas cual circo.
Otras veces al practicar en grupo nos sentimos raros porque está el de a lado, que se dobla o se estira haciéndonos sentir como robots.
Sin embargo la práctica real de cada uno, es diferente, ni siquiera debe ser complicada, podemos ir profundo a reconocernos hasta con una sola postura básica y trabajar internamente a través de ella.
Repito ¿Si la práctica de Yoga es personal porque queremos ver o vernos como otros?
El mayor indicador de que vamos por buen camino en nuestra practica debe ser como nos sentimos, la idea principal de una clase de Yoga no es dejarte exhausto, sino todo lo contrario, es vitalizarte, si bien la clase puede ser retadora en algunos momentos, toda la práctica busca darte vida, aumentar tu energía y dejarte en un estado de ecuanimidad.
A medida que practicamos vamos desarrollando algo llamado CONCIENCIA CORPORAL, que nos va indicando hasta donde podemos avanzar o cuando debemos retroceder, es la pura sensación de nuestro cuerpo en todas sus facetas, la verdadera escucha y receptividad que tenemos con nosotros.
La conciencia corporal ira marcando el paso de nuestra práctica y si aun no la tenemos muy desarrollada, existe algo aun más poderoso para indicarnos si todo marcha como debería, nuestra RESPIRACION.
La respiración debe ser fluida sin jadeos, sin agotamiento, debe sentirse ligera porque en toda la clase tu respiración es la que te sostiene.
Si sentimos agotamiento al respirar o que nos quedamos cortos, que no nos llega el aire, entonces no es por allí y debemos disminuir la postura o salirnos de ella gentilmente para retomar el aliento.
A medida que sigamos con paciencia practicando y escuchándonos podemos ir profundizando de a poquito en la postura y veremos como con suavidad el cuerpo va tomando memoria y dejándonos llegar un poquito mas allá, para en algún momento sorprendernos.
Talvez dentro de la clase parezca confuso y no sepamos la técnica, ejecución o alineamiento de la postura, por eso debemos tener la guía y ayuda del Maestro, pero mientras se sienta bien nuestro cuerpo y nuestra respiración sea estable, estamos haciendo Yoga y lo estamos haciendo bien.
No olvides que la práctica de yoga cultiva autocuidado, paciencia y introspección.
con mucho cariño
Ismara
Namaste
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